Los niños tienen el poder de transformar las cosas con sus mentes para que siempre sean mágicas. Aún no comprenden ciertos detalles de cómo está montada la sociedad, de quién manda o de por qué hay niños que pasan hambre y otros que siempre tienen regalos en navidad. Pero saben diferenciar el bien del mal y pueden optar por soñar un rato sobre cómo sería ese planeta dibujado en su cabeza en el que tal vez no existen monstruos debajo de las camas y se comen helados todos los días del año. Esa forma de percibir y desear dura tan sólo unos años antes de que nos demos cuenta de que tal y como va el mundo, sólo te dejan llegar hasta las barreras impuestas por los de arriba.
Animarles a pensar un mundo mágico les ayuda a construir y a ser creativos, a jugar a ser ingenieros, pintores, magos.
Ayer nos visitó el artista Perico Pastor para supuestamente motivar a los niños que tienen una vocación artística, para perseguir ese sueño ya desde la infancia, y no tal vez cuando ya es demasiado tarde. Pasa a veces que la infancia es tan corta y revuelta que no sabemos discernir aún qué caminos debemos tomar en el futuro. Si en algún momento un niño siente una llamada creativa y un artista profesional puede alentarle u ofrecerle un abanico de posibilidades, ese poquito de inspiración que se llevan a casa para seguir creciendo por dentro. Para mi decepción Perico dijo a los niños que no tenían por qué salir a contar qué mundo habían imaginado, que un artista no tiene que hablar de su obra. Tal vez esa barrera "de no tienes por qué hacerlo", haya transmitido a los niños que no deben comunicar, cuando en realidad eso es exactamente lo que une a las personas.
Hay artistas adultos que parece que estén de vuelta de todo porque ya han vivido una vida. Animo desde aquí a los niños a lanzar su voz, su mensaje al mundo. Los niños son espontáneos por naturaleza y los mayores estamos llenos de prejuicios. Tal vez deberíamos dejar de hablar en nombre del mundo y pensar hacia dentro porque no sabemos realmente el efecto que tendrán nuestras palabras en sus pequeñas mentes.
Estoy muy orgullosa del trabajo y las reflexiones que hicieron esos niños a través de su arte. Me hubiera encantado enlazar un debate constructivo con ellos a través de sus trabajos. En próximos concursos intentaremos no sólo traer a artistas profesionales que cuenten experiencias vivenciales interesantes, sino también traeremos sus ilusiones y su pasión.
El arte es el motor de progreso porque parte de ideas, y de las ideas surgen grandes inventos, grandes pensamientos y grandes filósofos. El arte es emocionarse y llegar a transmitir un poco de esa emoción si es posible, contando los porqués.
Desde aquí quiero dar las gracias a los colaboradores que quisieron estar presentes por alguna razón, Perico Pastor y Carole Hénaf, a la maravillosa colaboración de la Librería Abracadabra que nos cedieron el espacio y se prestaron a ayudarnos en todo, a la Editorial Flamboyant por hacernos entrega de sus estupendos cuentos para los premios y a los padres que alentaron a sus hijos a hacer ese trabajo, no como una obligación, ni para conseguir un premio, sino para intentar sacar lo mejor de sí mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario